lunes, 31 de diciembre de 2012

Balance 2012


(Esta entrada estaba programada para el 31/12, pero no sé que hizo Blogger que no la publicó)

Nunca hice balances, ni es algo que particularmente me interese, pero desde que tengo el blog me pareció una buena manera de cerrar el año y una excusa para escribir algo. Estaba redactando éste cuando leí en el post de Pau  "a nadie le interesa leer ni escuchar balances". Bueno, dije, entonces no escribo nada. ¡Pero qué tanto! Si nadie lo lee no me importa, lo escribo para que quede como recuerdo en caso de que alguna vez pierda la memoria.
En síntesis, no fue un gran año. Fue mejor que el anterior, eso sí.
Salud: visité especialistas a los que nunca había ido y me hicieron estudios que nunca me habían hecho. Por suerte nada fue grave. En lo que a salud mental se refiere, empecé terapia. Y ya la abandoné.
Trabajo: echaron a mi jefe que yo quería tanto. Lloré, tuve miedo de que me echaran a mí también, me puse a buscar trabajo. En el medio, estuve una semana en Buenos Aires reemplazando a una compañera, y lo pasé muy bien. A la vuelta, fui a darle una mano al que había quedado interino acá hasta que finalmente quedó definitivo y resultó ser mejor jefe que el anterior.
Amor: #foreveralone pero después de un año y medio (sí, mi vida amorosa se cuenta en eras geológicas, más o menos) me gusta alguien (o dos) y eso para mí es mucho.
Diversión: disfruté de las vacaciones que tuve en enero y de los mini viajes que hice en abril y agosto (esos en los que voy sola y termino socializando con los demás viajeros). Conocí lugares y gente. Conocí la nieve! (poquita, pero pude tocarla). Le di un poco más de bola a la fotografía, es decir, me compré una cámara nueva y salí con gente desconocida a sacar fotos. Leí más libros que en el 2011 (aunque muchos fueron junk literature). Me divertí mucho ensayando y tocando la batería en público. Ahí también conocí gente. Hice danza (ok, me duró menos de un mes, pero es bastante para lo que venía haciendo). Vino un amigo que vive en Canadá, a quien creía que no iba a volver nunca más. 
Me arrepiento de: un viaje a la costa en febrero que no hice básicamente por falta de ganas de armar la valija; no cantar en ningún coro (y envidiar a los que sí lo hicieron).


Para el 2013 espero: irme de vacaciones, cantar, seguir tocando, hacer actividad física, aprender francés, curarme la fobia al avión, hacer amigos, salir más, sacar fotos, ser más feliz.

¡Feliz año nuevo para todos!

domingo, 16 de diciembre de 2012

Si no se viene el fin del mundo


Apenas entré a trabajar aquí conocí a un chico que me gustó (decir "chico" a esta edad es medio ridículo, pero cómo se dice? "joven"? "muchacho"? "hombre"?).Hice de todo para que me diera bola pero obviamente no pasó nada. Al tiempo me animé a contarle a una compañera, que me dijo "ah, pero tiene novia, están hace poquito, la conoció en la fiesta de fin de año". Yo entré a trabajar dos días después de esa fiesta.

Pasaron los años, Mariana y Diego se casaron, siguieron pasando los años, y hace un par de semanas tuvieron a su primera hija.

A lo largo de estos 5 años, varias veces me puse a pensar en que Mariana y yo estábamos en la misma situación: solas, esperando que ese tipo del trabajo nos diera bola. ¿Por qué ella tuvo suerte y yo no?

Hace poco entró un nuevo compañero a mi área. Al principio ni lo registré pero ahora me gusta. Estoy un poco más desesperada y menos tímida que hace cinco años, así que creo que me animaría a decirle algo, pero no puedo hacerlo porque no tengo ni idea si yo le gusto, o le intereso, o algo, y si llego a rebotar después voy a tener que seguir trabajando con él muerta de vergüenza (y esto en el supuesto de que nadie más se entere). 

Pero si no hago nada, tengo miedo de que venga una Mariana y se lo lleve.

El viernes es la fiesta de fin de año. A ver si esta vez la suerte me toca. Aunque tratándose de mí, seguro que cuando me está por dar un beso essplota todo.

viernes, 30 de noviembre de 2012

HR works in mysterious ways


¿No se preguntaron muchas veces por qué no los seleccionaron para determinado puesto, por qué no pasaron a una segunda entrevista o directamente por qué ni los llamaron? A mí sí. ¿No les gustará mi apariencia? ¿Me mostré demasiado insegura? ¿Será porque no estoy recibida? ¿Mi experiencia les parecerá insuficiente?
Hace unos años trabajaba como recepcionista/secretaria/comunicación interna/comercial. Como tenía mucho trabajo, tuve suerte de que decidieran poner otra persona para que ocupara el puesto de recepcionista y secretaria. Entre las muchas tareas que hacía también me tocó buscar reemplazante. No llegaron muchos CVs pero hubo uno que descarté inmediatamente sin prestar demasiada atención a los conocimientos y experiencia de la candidata: se llamaba Silvana. De ninguna manera iba a permitir que se generaran confusiones a causa de nuestros nombres.
Así que ya saben: la próxima vez que no consigan un trabajo dejen de torturarse porque creen que no son lo suficientementemente buenos y piensen que el reclutador puede ser un pelotudo con un nombre parecido al de ustedes.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Festejos


El otro día leí un tuit de Vix que me hizo acordar de un asunto sobre el cual siempre quise hablar así que aprovecho y le doy un poco de vida al blog y me saco las telarañas que no me dejaban escribir.

Quisiera saber quién fue el desgraciado que inventó que cuando alguien se recibe, una manera de felicitarlo es tirándole huevos, harina, pintura, comida podrida y asquerosidades peores, cortarle el pelo, romperle la ropa y lo que se les ocurra. No entiendo y la única explicación que encuentro es la envidia (misma explicación para los que arrojan arroz violentamente a los recién casados). Los únicos que se divierten son los agresores y lo peor es que las víctimas aceptan resignados lo que les espera y luego siguen siendo amigos de esas personas de mierda que les arrojaron ídem. Por suerte (?) no me recibí así que zafé de esa situación. Si me hubiera recibido tampoco tenía amigos así que nadie se habría enterado. Otra solución es estudiar un carrera donde tus únicos compañeros sean mujeres viejas, como en el caso de mi hermana (que no es vieja pero sus compañeras sí), cuya recibida pasó sin pena ni gloria.

Mientras elaboraba todo esto, recordé una anécdota que tenía medio perdida en la memoria. En la época en que cumplí 15 se usaba que a la salida del colegio te tiraran huevos y harina (y supongo que otras cosas, pero nunca participé de ese "ritual" así que no sé). Mi cumpleaños caía sábado y sabiendo lo que iba a pasar el viernes a la salida, falté. El lunes dije que había estado enferma, pero sospechaba que no me iban a dejar tranquila tan fácilmente, al contrario. Le pedí a mi papá que me fuera a buscar temprano. Cuando salimos, mis compañeras me estaban esperando a la izquierda de la puerta del colegio. Yo salí para la derecha. "¿Eh, a dónde vas?", me gritaban. "Voy a dejar la mochila en el auto", les respondí. "Ah, bueno", se tranquilizaron. Me subí al auto, mi papá arrancó y pasamos delante de todas las miradas incrédulas mientras yo las saludaba con la mano y una sonrisa de "ahí se ven, babosas". No me hablaron por una semana.

¿Estoy sola en esto también?

sábado, 10 de noviembre de 2012

In treatment

Finalmente llegó el día en que empecé a hacer terapia.

Intenté hace mucho pero no funcionó, creo que el psiquiatra no me entendía y abandoné después de la cuarta o quinta sesión; además iba por un tema puntual cuya solución estaba en que yo hiciera algo que en ese momento no quería hacer. Ahora quiero eliminar los problemas de raíz (o por lo menos intentarlo).

Había comentado por acá mis dudas acerca de ir o no al psicólogo, y alguien que me ayudó a animarme fue Dayana. Sus palabras, acertadas como siempre, quedaron dando vueltas en mi cabeza. Tiempo después, dándome cuenta de que no puedo patear por más tiempo la fobia (o lo que sea) de viajar en avión, terminé de decidirme y voy por una terapia que abarque tooodos mis traumas, y eventualmente podré volver a volar.

Apenas tuve cinco sesiones, todavía me cuesta soltarme, pero estoy entusiasmada, estoy haciendo algo que siempre quise hacer (a pesar de las dudas), y la psicología es algo fascinante (yo quería ser psicóloga pero me arrepentí a último momento).

El psicólogo estima entre seis y nueve meses, pero al paso que vamos temo que sea un poco más. Los mantendré informados :)

lunes, 27 de agosto de 2012

Trente-trois

No me saluden a mí, que no hice nada, sino a mi madre, que 33 años atrás parió de manera natural a una bebé cabezona de 4,200 kg., y es quien merece todo el crédito.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Mi nariz, mi mamá y yo


Hace años que este tema me molesta, no sé por qué no escribí antes al respecto, pero un sueño* que tuve días atrás me hizo recordar la situación y aprovecho para descargarme de una vez por todas.
 
Resulta que mi mamá tenía una nariz grande. A mí no me parece que haya sido para tanto; como sea, era un complejo que tenía. Se sentía muy fea y bastaba que alguien dijera "estoy resfriado" para que ella pensara que en realidad le estaba diciendo "tenés una nariz grande".
 
Pasaron los años, se casó, tuvo dos hijas, y finalmente decidió hacerse una cirugía estética. Quedó bastante satisfecha, dejó de acomplejarse y siente que gracias a la nariz nueva ahora parece mucho más joven de lo que es. El "bastante satisfecha" implica que considera hacerse otra cirugía y que sigue obsesionada con las narices ajenas.
 
El hecho es que yo también tengo una nariz grande. Cuando era chica no me gustaba mi perfil, pero bastaba con evitar mirarme al espejo o que me tomaran fotos de costado, y la única vez que una compañera de colegio pretendió burlarse le respondí "pero yo a la nariz con cirugía la puedo cambiar, vos vas a seguir siendo idiota" y listo.
 
Pero con una madre como la mía no todo es tan simple. Desde que tuve edad para poder operarme, mi mamá empezó a intentar convencerme de que mi vida iba a cambiar cuando tuviera una nariz linda. Nunca pude hacerle entender que el tema de la nariz para mí no era un complejo. Durante muchos años sostuvo que yo no conseguía trabajo (o no conseguía uno mejor) y que no conseguía novio por culpa de mi nariz. (¿A que a ninguno de ustedes sus padres les dijeron algo semejante? )
 
A esta altura me estarán imaginando como un tucán, pero objetivamente, mi nariz no es tan fea. Es de un tamaño proporcionado a mi cara y de frente me veo, en los días que ando con la autoestima alta, linda. De perfil tiene una montañita que no es hermosa, pero que tampoco es para que mis padres (sí, incluyo a mi papá también) me hayan repetido toda la vida "ya vas a ver, hacete la cirugía, vas a tener a todos los tipos detrás tuyo".
 
Mi hermana (no tan perseguida como yo, porque su nariz no es tan grande) intentó hacerle entender que los tipos lo único que miran es tetas y culo, que no importa si sos un loro, si tenés tetas y/o culo ya está. Mi madre dice que eso es mentira, que a los hombres les importa la cara. (De cualquier manera, no pienso cambiar ni mi cara ni mis tetas).
 
Un día me harté y le dije a mi mamá "no me voy a hacer la cirugía, estoy conforme con lo que soy y si algún día decido cambiar va a ser porque yo quiero y no porque vos me lo digas, así que no insistas más". No me rompió más las bolas. Al menos no directamente, porque cada vez que sabe de alguna que tiene nariz nueva la alaba más que si hubiera ganado un premio Nobel: "ah, qué linda que quedó, cómo le cambió la cara", "no, si la nariz te cambia completamente", "qué joven que se ve ahora". Actualmente su "ídola" es Andrea Rincón.
 
Más allá de esos comentarios sin sentido, hace años que me había dejado tranquila con mi cuerpo, pero hace poco, hablando de un viaje que sueño hacer me dijo "bueno, te hacés la cirugía antes del viaje así te volvés con un novio".
 
Fuck, fuck y más fuck. Me desespera que a mis casi 33 años mi propia madre piense que lo único bueno de mí que podría atraer a un hombre es una nariz falsa. Y repito, no soy un monstruo que necesita reconstrucción total. Aunque tal vez necesite un poco de terapia para poder lidiar con mi familia. 
 
*Soñé que iba a operarme el tabique desviado, pero le decía al médico "yo sé que mis padres quieren que me arregle la nariz, pero no les haga caso, solamente arrégleme el tabique". Me anestesiaba pero seguía despierta, y veía cómo el médico no me daba bola e igualmente me sacaba parte del hueso. Yo me lamentaba que nunac más iba a tener mi nariz pero me tranquilizaba al recordar que tenía algunas fotos.

sábado, 28 de julio de 2012

Los libros y la gente


Estoy haciendo limpieza en mi casa, un poco para ordenar y que no se llene de ratas, pero fundamentalmente para hacer lugar para poner una batería :)
Entre todas las porquerías que he guardado durante años (por ejemplo, la carpeta de Historia de 1° año o una bolsa llena de palitos de helado), había libros. Como muchos de esos no me gustan ni los volvería a leer, decidí regalarlos. Lo comenté en Facebook y mandé un mail a quienes pensé que podría interesarles la oferta. Algunas personas pensaron que estaban hablando con una librería (gratis) y sus respuestas no dejaron de sorprenderme:
"¿Tenés libros infantiles?" ¡Rata inmunda! ¡Vivís en un country y viajás a Asia todos los años! ¿Tenés necesidad de esperar una donación para darles libros a tus hijos?
"Me interesan los libros de historia, filosofía, política, arte, literatura, tendrás algo de eso?" Hippie sucia, hacés gatos de papel maché, si yo fuera vos pediría libros que me enseñen a hacerme rica.
"Me interesa tal libro, cómo me lo podés acercar?" No soy un delivery personalizado de libros, si lo querés movilizate hasta mi casa.
"Me interesan los de solfeo, nos juntemos una mañana en el centro o llevamelo al ensayo de coro". La gente de bien por la mañana trabaja, y NO VOY AL CORO DESDE AGOSTO DEL AÑO PASADO.
Finalmente alguien me dijo que los quería a todos. Ante la alegría de poder deshacerme de los libros me ofrecí a llevárselos a la casa. "¡Dale, vení el viernes, estoy todo el día en mi casa!" Perfecto, justo ese viernes tenía el día libre en el trabajo, de paso que le llevaba los libros socializaba un rato. NOT. Cuando le mandé un mensaje para avisarle que estaba saliendo me dice "no estoy, pero dejalos, nomás". Así que allá fue la boluda, en el único día que podía quedarse tranquila en su casa, atravesando toda la ciudad para regalarle una parva de libros a una persona que ni siquiera tuvo la delicadeza de atenderla en persona...

lunes, 18 de junio de 2012

Doppelgänger


Mi hermana y yo no somos parecidas. Sí, se nota que somos hermanas, pero no tanto como para que nos confundan, que piensen que somos gemelas o que incluso piensen que somos la misma persona.
En el 2007 entré a trabajar donde estoy ahora. En el 2010, entró mi hermana. Y a partir de entonces todo empezó a ser confusión.
Que saluden (o no) a una pensando que es la otra, vaya y pase. Pero me mandan mails que son para ella, me llaman queriendo hablar con ella, los cadetes me traen cosas que ella pidió, y todo viceversa. ¡Ni siquiera tenemos nombres parecidos! 
Hace unos días, una mina que conozco desde que entré, a quien le presenté a mi hermana cuando ingresó, y que estuvo en contacto con nosotras dos por separado y por distintos asuntos, después de un malentendido con unos mails, me manda un mensaje que dice "perdón, pensé que era la misma persona, Silvina Luciana". 
Así que con mi hermana pensamos sacar provecho de esta situación: ir un día cada una y estar un rato en cada oficina, total, dudo que alguien se dé cuenta.

domingo, 6 de mayo de 2012

Sigo acá

Bueno, hace tanto que no escribía por acá que recién ahora veo la nueva interfaz de Blogger.

Mientras decido si cerrar o  no el blog, y aprovechando que tengo unos minutos libres, les cuento qué es de mi vida últimamente (aunque no me los imagino muy preocupados...):

-Hace más de dos meses echaron a mi jefe y todavía no pusieron un reemplazante. Mi área somos sólo dos personas, y mi trabajo depende de esa persona que ahora no está. No sé cuánto tiempo más voy a resistir ir a la oficina para hacer nada.
-Abandoné danza después de cinco clases. Me cansaba más de lo que me divertía.
-Sigo estudiando batería pero todavía no me pude comprar una porque no termino de tirar porquería para hacer un espacio para ubicarla.
-Somatizo todo y tengo nuevas dolencias. Al menos las del año pasado se curaron (o no empeoraron).
-Nuevamente me fui de viaje sola y me encantó. Si alguien de Mendoza me lee, sepan que tienen una hermosa provincia.
-Mi primera salida nocturna del año fue anteayer. Fui al teatro. Con mi hermana. Si eso no es vejez, no sé qué es.
-Se me puso en la cabeza comprarme una cámara de fotos y hasta que no lo haga no voy a estar en paz.
-Me muero de ganas de cantar pero me da demasiada fiaca ir a los ensayos. Definitivamente, es vejez.

Espero volver pronto con algo más interesante para contarles. Tengo un borrador sobre algo que quiero contarles pero es tan doloroso (?) que me cuesta terminarlo.


sábado, 31 de marzo de 2012

Buenos Aires

Me encanta Buenos Aires. Para los "nativos" no debe ser nada fuera de lo común, pero a los "pajueranos" nos deslumbra. La primera impresión que se tiene (o al menos a mis ojos) es que todo es enorme: los edificios, las avenidas, los carteles, los contenedores en el puerto. Otra cosa que me gusta es que siempre, a toda hora y en todo lugar, hay algo para hacer o para ver. Todas las veces que he estado he tenido la suerte de alojarme en pleno centro (¿o debería decir microcentro?), por lo tanto todo lo que me rodea es lindo e interesante. Si agregamos los negocios que acá no tenemos, la cantidad de extranjeros que siempre hay dando vueltas (y la oportunidad de poder hablar en otro idioma si por casualidad nos preguntan algo!), y descansar de escuchar nuestra tonada, la ciudad me resulta más que atractiva. Por lo menos una vez al año hay que estar ahí aunque sea un par de días.

Se imaginarán entonces mi felicidad cuando hace dos semanas me dijeron "mañana tenés que estar en Buenos Aires". Era la primera que vez que iba a trabajar (en el 2006 me mandaron dos semanas pero para hacer un curso), y ahí las cosas cambiaron, y Buenos Aires no es tanto una tierra de ensueños cuando hay obligaciones que cumplir.

Si bien la oficina está en una ubicación inmejorable (y el hotel en el que me alojé también), en esos cinco días (o antes) el ritmo de la ciudad me agotó. Acá tengo mi horario de almuerzo, que se respeta y durante el cual estoy tranquila. Allá era salir corriendo a comprar algo y volver a comer en el escritorio mientras se sigue trabajando. El primer día me fui casi a las 20.30. El jefe que tenía me pedía mil cosas a la vez y en 10 segundos quería que las tuviera listas a todas. Los días que salía medianamente temprano, estaba tan agotada que lo único que quería era cenar y dormir.

Muchas veces consideré la posibilidad de irme a vivir allá, pero después de esta experiencia, creo que lo pensaría dos veces.

Reformulo: me encanta Buenos Aires, pero sólo como turista.

viernes, 9 de marzo de 2012

Trastorno de ansiedad

Les anticipo que esta entrada es un poco densa, pero necesito desahogarme. A lo mejor hay alguien que pasa por lo mismo y me da algún consejo, o aunque sea un "te entiendo".

La primera vez fue a principios de 2002. Creo que empezó cuando me compré unos lentes de contacto que me dejaron unos defectos en la visión por un par de días. Luego de la visita al oculista, del reclamo a la óptica y de los nuevos lentes, ya no tenía de qué preocuparme, pero había quedado algo nerviosa, o deprimida. Rara. Semanas después, mientras cursaba el ingreso a Comunicación Social, me empezó a pasar algo más raro. Cuando iba por la calle sentía que me mareaba o que me iba a desmayar, cuando quería estudiar no podía concentrarme (mi hermana me tenía que leer), se me había cerrado el estómago y estaba constantemente nerviosa (movía un pie o me mordía una uña). Los días que tenía ensayo de coro no quería ir, pero tampoco quería quedarme en mi casa. No recuerdo cuánto duró (no más de diez días, supongo), pero se me pasó, solo.

La segunda vez fue en septiembre de 2004. Después de haber estado cuatro días en cama por una faringitis, el día que tenía que volver a trabajar me sentía rara, como flotando, así que fui a avisar que me volvía a mi casa. Si mal no recuerdo esa tarde me desmayé porque no había comido casi nada. Al día siguiente volví a la oficina, pero cerca del mediodía me empecé a sentir rara otra vez, mareada, nerviosa. Mi papá me fue a buscar y me llevó al trabajo de mi mamá (un servicio de emergencias), donde un médico amigo de ella me dijo que tenía una crisis histérica y me recetó unas pastillas. Éstas me calmaron un poco pero seguía igualmente rara, así que fui a la guardia psiquiátrica de un sanatorio, donde me diagnosticaron trastorno de ansiedad y me derivaron a un psiquiatra, al cual fui pocas sesiones y quien me dijo que para curarme tenía que liberarme de lo que me estaba haciendo mal. Yo sabía qué era, pero no quería hacerlo, así que entre pastillas la fui piloteando por casi un año.

Me cambié de trabajo y mejoré un poco, pero a fines de 2006 volvieron los mismos síntomas: no poder comer, sentir que me mareaba, nervios. Fueron unos 4 meses en los que bajé muchísimo de peso, hasta que finalmente tomé la decisión que el psiquiatra me había aconsejado un par de años antes, y mágicamente me recuperé.

O casi. A fines de 2007, otro asunto de mi vida hizo que la locura volviera. Otra vez fue necesario cambiar de trabajo para alejarme de lo que me estaba haciendo mal, y me recuperé y me mantuve sana por más de un año. A principios del 2009 me atacó otra vez la ansiedad pero duró apenas unos días. Durante el 2010 no recuerdo, pero creo que estuve bien. El 2011 fue un desastre, y si bien no llegué a experimentar todos los síntomas de la ansiedad, estuve nerviosa y bajé de peso. Ahora parece que todo el año anterior se me vino encima y los síntomas del trastorno también. Y como si eso no fuera suficiente, zas! una mala noticia en el trabajo, que en circunstancias normales no me habría afectado demasiado, terminó destruyéndome y caí nuevamente. Hace más de una semana que volví a tomar un ansiolítico porque no puedo dormir, me despierto con nervios como si estuviera a punto de tirarme de un avión con un paracaídas que sé que no se va a abrir, tengo un nudo en la garganta que no me deja tragar nada sólido, como tengo hambre me imagino que estoy por desmayarme y eso me asusta más y me pone más nerviosa, el corazón está a mil, tengo ganas de llorar sin motivo (la semana pasada tuve dos crisis de llanto inexplicables), no tengo ganas de hacer nada.

Busco leer cosas que me ayuden pero no siempre funciona. Los ejercicios de yoga que aprendí para estos casos no me hacen nada. En otras ocasiones me hizo muy bien el reiki y las flores de bach, pero la mina que me atiende está de vacaciones. Mi médico homeópata también me dio un turno para muy adelante. No sé si ir a un psicólogo. Me da por las bolas pagarle a un desconocido sólo para contarle las desgracias de mi vida. No tengo con quién hablar, mi familia ya está harta de estas crisis mías y no tengo amigos lo suficientemente cercanos como para que me banquen en esto, la única amiga que me entiende, porque además sufre de lo mismo, está en Canadá. Voy a retomar danza, para ver si libero toda la mierda energética que tengo acumulada. Ah, también leí que estos problemas tendrían una causa química, de los neurotransmisores que cuando se liberan en la sangre producen estos trastornos psicológicos; tengo el dato de un médico que es muy bueno en este asunto pero tampoco quiero que me haga mil estudios y me llene de medicamentos.

El que nunca pasó por esto (angustia, trastorno de ansiedad, ataques de pánico) no sabe lo que es. Ya he escuchado mil cosas, desde "eso porque no tenés problemas serios, solamente pensás en pavadas" hasta "relajate, todo está bien". No se puede. Yo sé que es mental, que tengo que controlarme, tranquilizarme, pensar en que no me va a pasar nada porque en definitiva me pasó otras veces y ya sé cómo es y de todas me recuperé, pero no siempre lo logro. Los que me rodean no entienden lo mal que uno se siente y no entienden que no quiera salir, o que no tenga ganas de reirme, o que no tenga energías para nada. Otras veces la gente ni se entera, finjo una sonrisa, sostengo una conversación mientras mentalmente pienso "por favor que se calle y se vaya o me voy a desmayar acá mismo". Lo que más me preocupa es que la pelota de angustia que tengo en la garganta no me permite comer, y cada vez parezco más un esqueleto. ¿Por qué no soy de esas personas que cuando están ansiosas comen y comen?

En fin, así es como me siento por estos días. Bastante confuso me debe haber salido el texto, porque lo escribí de corrido casi sin pensar. ¿A alguno de ustedes les pasó algo similar? Seguro que sí. Me acuerdo que en una época, éramos cuatro mujeres en la oficina, y las cuatro habíamos pasado por esto en algún momento.

Me pregunto si estas idioteces mentales también ocurrían durante la edad media o son cosa de la vida moderna.

martes, 21 de febrero de 2012

Vacaciones extra large

Diciembre 2011/Enero 2012: la fábrica en la que trabajo decide parar por tres semanas, por lo que se me suma una semana de vacaciones a las dos que me corresponden. Descanso a full.

Febrero 2012: entre el carnaval y el día del empleado metal-mecánico que se festeja el viernes (y que no se trabaja), nos dieron miércoles y jueves de asueto, que si lo sumamos al feriado del próximo lunes nos da como resultado otra semanita de descanso (y de hacer cosas que si estuviera trabajando no tendría tiempo de hacer - como actualizar el blog, por ejemplo :P)

Después voy a tener que recuperar haciendo horas extras, pero mejor no pensar en eso todavía.

domingo, 15 de enero de 2012

Tres partes

1. El año que pasó

Si tuviera que decir cómo fue mi 2011, la primera palabra que me sale es "malo". Tanto que empecé a escribir esta entrada pensando en publicarla el 30 o el 31, pero decidí esperar unos días por si alguna otra "desgracia" ocurría justo antes de terminar el año. Ya desde los últimos días de diciembre de 2010, problemas de salud de mi papá nos afectaron de manera ininterrumpida hasta febrero, y luego esporádicamente hasta noviembre. Yo también me enfermé (nada demasiado grave) varias veces, y fui a más médicos y me hice más estudios y análisis que en toda mi vida. Además mi trastorno de ansiedad volvió por enésima vez y perdí unos cuantos kilos. Un año largo, a simple vista horrible, y quería que se fuera lo antes posible.

Pero me puse a pensar que así como fue de largo, sirvió para que viviera muchas cosas bastante buenas. Aunque pasé las vacaciones yendo de un hospital a otro, después me fui de viaje sola, a un lugar que no conocía, y lo pasé espectacular. También viajé con mi hermana a otro lugar que no conocía para disfrutar de la estadía en un hotel 4 estrellas que me había ganado en una fiesta. Después de 20 años cumplí mi sueño de aprender a tocar la batería. Toqué y canté en escenarios grossos, y una noche, en una casa desconocida, con gente apenas conocida, disfruté muchisimo improvisando en la batería mientra otros cantaban y tocaban la guitarra. Fui a ver ópera y fui a recitales de rock (y estuve a dos metros de Steve Morse!). Me peleé tanto con un peluquero que de milagro no tuve un infarto. Sobreviví al hecho de que mi única amiga se haya ido a vivir al otro hemisferio. Pasé del amor al odio (o del enganche a la indiferencia, mejor dicho) en una semana. Conocí en carne y hueso a personas a las que sólo conocía por internet, y no decepcionaron. Me reí mucho en los after offices. Llegó una bebé a la familia. En el trabajo pasé de querer irme a "de acá no me sacan más". Ví, leí y escuché muchas cosas lindas.

Espero que cuando pase el tiempo y piense en el 2011 sólo recuerde el segundo párrafo.

2. Transición

Por diversas circunstancias con mi mamá pasamos el año nuevo en Mar del Plata. Pensábamos que iba a ser todo lindo y glamoroso. La odisea empezó cuando no encontrábamos ningún lugar abierto para cenar, y los pocos que había nos querían cobrar $ 220 por persona. Finalmente nos sentamos en un comedero donde había que compartir mesa con otras personas, pero nos fuimos cuando nos dimos cuenta de que con la cantidad de gente que había no íbamos a alcanzar a probar bocado antes de que terminara el año. Volvimos al hotel resignadas a cenar ahí y a pagar lo que nos quisieran cobrar. No había lugar. Nos mandaron al bar, que estaba lleno de holandeses (supongo, eran rubios y hablaban un idioma inentendible) que eran corredores, mecánicos y demás staff del Dakar. Conseguimos dos lugarcitos en un rincón, el menú era bife con verduras o bife con verduras, y a eso de las once ya estábamos en cama. Mi mamá se durmió y cuando dieron las doce me asomé a la ventana para ver los fuegos artificiales. No se veía ni uno, así que volví a la cama, puse el canal local, y los vi desde ahí. Mi mamá recién se despertó cuando empezaron a llamar los parientes. A mí me ponen incómoda los saludos, así que volví a la ventana y me puse a mirar cómo dos o tres holandeses cambiaban ruedas de unos autos. "Qué raros", pensé, "no les interesa festejar" (mirá quién lo dice).

3. Lo que viene

Los primeros días fueron más de bajón que de euforia. Ni el mar me levantó el ánimo. Como no tenía nada para hacer, lo único que hacía era pensar cosas negativas. Volví a casa, volví a la rutina del trabajo, y seguía igual. Fui al médico y me dejó un poco más tranquila con respecto a ciertos problemillas que estoy padeciendo. Se ve que eso era lo que me estaba jodiendo durante las semanas anteriores porque desde entonces estoy mejor.

Estoy entusiasmada, con ganas de hacer cosas. Quiero bailar. Voy a seguir haciendo música, tal vez agregando un nuevo instrumento. Quiero sacar más fotos. Quiero hacer amigos. Quiero ir a fiestas y reuniones divertidas. Tengo ganas de ir a recitales. Quiero (y debo y voy a) aumentar unos cuantos kilos. Tengo ganas de viajar. Espero que en el trabajo todo siga igual de bien hasta ahora, y que yo y las personas que quiero tengamos salud. Voy a intentar escribir más y mejor en el blog. Espero, finalmente, conseguir un novio.

Ya aprendí que pedir deseos a las estrellas no sirve. En cuanto a lo que de mí dependa, prometo ponerme en movimiento y salir a conseguirlo.

¡Feliz año nuevo para todos!*

* Un poco más y estamos en febrero, pero nunca es tarde para enviar buenos deseos :)