lunes, 27 de agosto de 2012

Trente-trois

No me saluden a mí, que no hice nada, sino a mi madre, que 33 años atrás parió de manera natural a una bebé cabezona de 4,200 kg., y es quien merece todo el crédito.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Mi nariz, mi mamá y yo


Hace años que este tema me molesta, no sé por qué no escribí antes al respecto, pero un sueño* que tuve días atrás me hizo recordar la situación y aprovecho para descargarme de una vez por todas.
 
Resulta que mi mamá tenía una nariz grande. A mí no me parece que haya sido para tanto; como sea, era un complejo que tenía. Se sentía muy fea y bastaba que alguien dijera "estoy resfriado" para que ella pensara que en realidad le estaba diciendo "tenés una nariz grande".
 
Pasaron los años, se casó, tuvo dos hijas, y finalmente decidió hacerse una cirugía estética. Quedó bastante satisfecha, dejó de acomplejarse y siente que gracias a la nariz nueva ahora parece mucho más joven de lo que es. El "bastante satisfecha" implica que considera hacerse otra cirugía y que sigue obsesionada con las narices ajenas.
 
El hecho es que yo también tengo una nariz grande. Cuando era chica no me gustaba mi perfil, pero bastaba con evitar mirarme al espejo o que me tomaran fotos de costado, y la única vez que una compañera de colegio pretendió burlarse le respondí "pero yo a la nariz con cirugía la puedo cambiar, vos vas a seguir siendo idiota" y listo.
 
Pero con una madre como la mía no todo es tan simple. Desde que tuve edad para poder operarme, mi mamá empezó a intentar convencerme de que mi vida iba a cambiar cuando tuviera una nariz linda. Nunca pude hacerle entender que el tema de la nariz para mí no era un complejo. Durante muchos años sostuvo que yo no conseguía trabajo (o no conseguía uno mejor) y que no conseguía novio por culpa de mi nariz. (¿A que a ninguno de ustedes sus padres les dijeron algo semejante? )
 
A esta altura me estarán imaginando como un tucán, pero objetivamente, mi nariz no es tan fea. Es de un tamaño proporcionado a mi cara y de frente me veo, en los días que ando con la autoestima alta, linda. De perfil tiene una montañita que no es hermosa, pero que tampoco es para que mis padres (sí, incluyo a mi papá también) me hayan repetido toda la vida "ya vas a ver, hacete la cirugía, vas a tener a todos los tipos detrás tuyo".
 
Mi hermana (no tan perseguida como yo, porque su nariz no es tan grande) intentó hacerle entender que los tipos lo único que miran es tetas y culo, que no importa si sos un loro, si tenés tetas y/o culo ya está. Mi madre dice que eso es mentira, que a los hombres les importa la cara. (De cualquier manera, no pienso cambiar ni mi cara ni mis tetas).
 
Un día me harté y le dije a mi mamá "no me voy a hacer la cirugía, estoy conforme con lo que soy y si algún día decido cambiar va a ser porque yo quiero y no porque vos me lo digas, así que no insistas más". No me rompió más las bolas. Al menos no directamente, porque cada vez que sabe de alguna que tiene nariz nueva la alaba más que si hubiera ganado un premio Nobel: "ah, qué linda que quedó, cómo le cambió la cara", "no, si la nariz te cambia completamente", "qué joven que se ve ahora". Actualmente su "ídola" es Andrea Rincón.
 
Más allá de esos comentarios sin sentido, hace años que me había dejado tranquila con mi cuerpo, pero hace poco, hablando de un viaje que sueño hacer me dijo "bueno, te hacés la cirugía antes del viaje así te volvés con un novio".
 
Fuck, fuck y más fuck. Me desespera que a mis casi 33 años mi propia madre piense que lo único bueno de mí que podría atraer a un hombre es una nariz falsa. Y repito, no soy un monstruo que necesita reconstrucción total. Aunque tal vez necesite un poco de terapia para poder lidiar con mi familia. 
 
*Soñé que iba a operarme el tabique desviado, pero le decía al médico "yo sé que mis padres quieren que me arregle la nariz, pero no les haga caso, solamente arrégleme el tabique". Me anestesiaba pero seguía despierta, y veía cómo el médico no me daba bola e igualmente me sacaba parte del hueso. Yo me lamentaba que nunac más iba a tener mi nariz pero me tranquilizaba al recordar que tenía algunas fotos.