viernes, 27 de agosto de 2010

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El dibujo es del genial Podeti

miércoles, 25 de agosto de 2010

Otro mundo

Este fin de semana descubrí una más de todas las satisfacciones que me brinda el canto: llevar nuestra música a distintos lugares, por ejemplo un pequeñísimo y hermoso pueblito de poco más de 100 habitantes al sur de Córdoba.

Estar ahí era estar dentro de una foto del pasado. Mucho silencio, mucha paz. En el medio del boulevard principal dejamos a una nena de un año jugando tranquilamente con las piedritas, apenas interrumpida por algunos perros. Típicas calles de tierra, un antiguo almacén, las casas adorablemente pintadas de colores pastel, la plaza con una bella calesita tracción a sangre y una impresionante iglesia de estilo gótico, cuya acústica fue la ideal para las obras religiosas que cantamos con el coro.

En el público conté 23 personas, pero el ambiente era tan especial que hizo de ése uno de nuestros mejores conciertos. Al finalizar, una de las mujeres presentes nos agradeció con mucho fervor, contando que el pueblo está relegado y olvidado, y que nuestra visita era todo un acontecimiento y un enorme aporte para la cultura. Todos lloramos un poquito.

Un matrimonio nos abrió las puertas de su casa y nos contó la historia del pueblo, y al regresar llevamos en el minibus a dos señoras. "Acá nos bajamos, vivimos cerca", pero era el medio del campo. Ellas siguieron caminando hasta la casa, que se veía bastante lejos, como si estuvieran en plena ciudad, maquilladas, bien vestidas. Una salida de domingo como la de cualquiera de nosotros.

Volviendo a Córdoba, me acordaba de las tres nenas que estaban sentadas en la primera fila, una de las cuales nos escuchaba con una gran sonrisa de felicidad. Si logramos despertar en ella el amor por la música, nuestra misión está más que cumplida.


jueves, 12 de agosto de 2010

The Office

Una de las ventajas de mi trabajo es que estoy sola en una oficina, lo que para el común de los mortales constituye un motivo de tristeza o aburrimiento o desesperación, pero para mí es el cielo. Sin embargo, no puedo evitar que cada tanto entren y salgan personas que tienen conductas de lo más irritantes.

Ranking sin un orden particular de las cosas que me molestan:

-Que entren a pedirme algo, o a preguntarme, o a saludarme, o que me llamen por teléfono mientras estoy almorzando.

-Que me pidan algo justo cuando me estoy yendo y ya apagué todo.

-Que me tiren café-metal-plástico-vidrio-comida-cualquier cosa menos papel en el cesto de SOLO PAPEL

-Que lean el diario y lo dejen desarmado.

-Que entren a tomar café y me dejen las tazas sucias y/o la canilla goteando.

-Que se me paren atrás y vean lo que estoy haciendo en la computadora.

-Que me pidan cosas para imprimir, y que cuando aviso que las vengan a buscar, me digan que ya no las necesitan.

-Que todos los dias me pregunten "¿no te dormís con esa música que escuchás?"

-Que me manden para imprimir archivos de 80 Mb que me tildan la PC y la impresora.

-Que toquen los papeles que tengo en el escritorio y me pregunten para qué son, quién me los pidió, qué voy a hacer con ellos.

-Que cuando se van de la sala de reuniones la dejen sucia y/o desordenada y/o con olores corporales y/o con las luces prendidas, aun cuando puse un cartel advirtiendo que no lo hagan (bueno, no dice nada con respecto a los olores).

-Que en la sala de reuniones apunten mal el control remoto del aire acondicionado y me prendan, apaguen o cambien la temperatura del aire acondicionado de mi oficina.

-Que crean que mi único trabajo y que lo único que sé hacer es preparar café. Y que encima me critiquen por (supuestamente) hacerlo mal.

Ufff. Si no me descargaba un poco acá en algún momento ahorcaba a alguien con el cable del teléfono.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Ubicate

Si me venís a contar que tu ex novio te quiso matar, por lo menos dale una miradita antes a tu msn, porque los monigotes le quitan toda seriedad al asunto.