miércoles, 28 de septiembre de 2011

Cuando digo que no, es no

No sé si a ustedes les pasa, quizás es sólo a mí porque en general declino la mayoría de las invitaciones que me hacen. Pero suele suceder de la siguiente manera:

-¿Vas a tal lado?
-No
-¿No?
-No
-¿Por?
-Porque no quiero/Porque no tengo ganas
-Dale, andá
-No, no quiero/no tengo ganas
-Dale!! Andá
-No, ya te dije que no voy a ir
-Pero por qué?? Dale!
-No
-En serio, andá, va a estar bueno.
-No

Y así hasta que el otro se cansa.

Entiendo que los demás van a estar tristes sin mi presencia (sarcasmo) y que el evento no va a ser tan genial si yo no estoy (sarcasmo), pero what part of 'no' don't you understand? (como decía una canción de las Spice Girls). Ponele que insistan una o dos veces, en el caso de que yo estuviera indecisa. Pero cuando digo que NO y doy motivos (válidos o no, pero la decisión ya está tomada), me rompe mucho las pelotas que me sigan insistiendo.

A esa misma insistencia la puedo trasladar a los momentos en las fiestas en los que prácticamente te obligan a bailar. Gente molesta e insoportable que se acerca a tu mesa, te agarra de las manos y te tironea para que te levantes a bailar. ¿Por qué? ¿Tan divertido les resulta intentar obligar a alguien a hacer algo que no quiere? Hace poco estuve en una fiesta en la que había un animador que estaba "a ver las palmas", "ahora levanten las manos", "nos levantamos y bailamos alrededor de la mesa", "a ver cuál es la mesa más divertida". Eran las 8 de la noche de un día laboral y estaba con hambre, lo único que quería era estar sentada un rato y comer algo, no moverme a las órdenes de ese monigote sádico y de las compañeras de mesa, que lo único que saben decirte es "no seas aburrida!" Supongamos que les hago caso y me pongo a bailar, ¡lo estoy haciendo a desgano! ¡No me estoy divirtiendo! ¿No me ven la cara de orto, no ven que no le estoy poniendo onda? ¿Por qué no me dejan en paz? Pero estos infelices no se dan cuenta. Ellos bailan y cantan sin motivo al son de una música de mierda, y para no estar solos en su patética demostración, intentan arrastrarnos a todos los demás. ¿Por qué suponen que si no tengo ganas de levantarme a bailar, de repente me van a aparecer unas ganas locas, sólo porque me vienen a empujar de la silla?

Son situaciones que me provocan tanto odio que ni sé cómo escribirlas.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Por qué no escribo

No puedo creer que a mí me pase esto; a mí, el paradigma de la impopularidad, me preguntan por qué no escribo más seguido y me dicen que me extrañan. Por respeto a mis fans (?), entonces, les cuento.

1) Ya no me pasan cosas. Nada divertido, nada que me haga enojar. Tampoco nada triste, lo cual es muy bueno, sobre todo en este año que empezó como el culo.

2) Pérdida de la inmediatez. Antes podía publicar desde el trabajo, pero desde que bloquearon Blogger, tengo que esperar hasta el fin de semana para postear (de lunes a viernes paso demasiadas horas frente a la pantalla como para volver a conectarme cuando llego a casa), y lo que se me ocurre el lunes, como sé que recién lo voy a publicar con suerte el viernes, lo voy dejando en borrador "para después, total tengo tiempo". Y a veces me olvido, o simplemente la idea que parecía genial el lunes, el viernes me di cuenta de que no lo es tanto y va a la basura.

3) Sobreabundancia de estímulos. Internet cada vez me ofrece más. Música, videos, series, películas, libros, fotos, artículos, juegos. No me alcanza el tiempo para ver todas las cosas que me gustaría. Hay tanto, que mientras estoy leyendo/viendo/escuchando algo, estoy pensando en todo lo que me falta por leer/ver/escuchar, y presto poca atención, corto los temas a la mitad, leo saltando párrafos. Además, por miedo a estar "perdiéndome" algo "importante", cada cinco minutos vuelvo a Twitter o a Facebook. Así no puedo concentrarme ni para leer ni para escribir.

4) Tengo otro lugar dónde expresarme. El motivo para abrir este blog fue para decir las cosas que no puedo decir en persona, o que no tengo a quién decírselas. Desde que tengo Twitter, me descargo mucho ahí.

5) Nuevo jefe. Con el jefe anterior tenía el 95% de mi tiempo laboral libre y podía escribir, pintar, componer música. Ahora tengo un jefe que me hace trabajar de verdad.

Espero que pronto vuelvan la inspiración y la tranquilidad para poder seguir escribiendo, que todavía es una de las cosas que más me gusta hacer.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Chica Memento

En 1994 yo tenía una compañera de inglés llamada Victoria. Nos hicimos amigas, pero terminado ese año no nos volvimos a ver ni supimos nada más la una de la otra.

Resulta que más o menos en 1999, Victoria conoce, en un coro en el que ambas cantaban, a mi hermana. El nuestro no es un apellido común y enseguida hace la conexión, le pregunta por mí, blabla.

En el 2008 la agrego a Facebook, se acordaba perfectamente de mí e intercambiamos un par de líneas.

A mediados de 2009, Victoria se encuentra nuevamente con mi hermana en otro coro, otra vez se acuerda de mí, me manda saludos, etc.

A fines de 2009, me invitan a cantar con el coro donde está Victoria y obviamente me encuentro con ella. Primero me pregunta si soy yo o si soy mi hermana, y después sigue la conversación: "¡Estás igual! ¿seguiste estudiando inglés? ¿Te acordás de Fulanita? ¿a qué te dedicás? ¿blabla?"

En el 2010 vuelvo como invitada al coro y vuelvo a ver a Victoria. Me pregunta si soy yo o si soy mi hermana (?), y después sigue la misma conversación que tuvimos un año antes: "¡Estás igual! ¿seguiste estudiando inglés? ¿Te acordás de Fulanita? ¿a qué te dedicás? ¿blabla?" Me habían comentado conocidos en común que es medio cabeza hueca, pero nunca imaginé que tanto.

El mes pasado Victoria cumplió años y le dejé un saludo en Facebook. Me responde: "Silvina, tantos años!! Mirá dónde nos venimos a encontrar!!" Parece mentira, no puedo creer que tenga tan poca memoria.

Para mi cumpleaños me escribió "ojalá algún día nos podamos ver nuevamente". Le dije que el mes que viene voy a cantar con el coro en el que está ella, que ya nos vamos a ver en los ensayos. Me responde "qué casualidad, qué bueno que nos volvamos a ver!!"

Cuando la vea personalmente no sé si hacerme la que hace quince años que no la veo o decirle "che, te falla o qué onda? Ya nos vimos el año pasado, y el anterior". Bah, podría decirle cualquier cosa, total el año que viene ya se va a haber olvidado.

Nota: la mina es psicóloga. Menos mal que no soy su paciente.