viernes, 27 de marzo de 2009

Asco asco

Tuve que aguantar todo el almuerzo viendo cómo a uno de mis compañeros le asomaba por la nariz un pelo muy largo con un *imaginen qué* sequito en la punta.

No da para decirle "che, limpiate ahí".

Y no entiendo cómo la mujer no le dice que se corte los pelos de la nariz.

Puaj.

lunes, 23 de marzo de 2009

Sólo papel

Quisiera saber qué extraña enfermedad neurológica padecen los que tiran cables, vasos descartables, aluminio, envoltorio de burbujas de plástico y sobrecitos con azúcar dentro de una caja que tiene cuatro carteles enormes de "SOLO PAPEL".

El cesto de basura común está al lado. ¿Por qué me obligan a comportarme como una cartonera abriendo la caja recuperadora de papel para sacar otras inmundicias que no corresponden?

Los odio.

(Chiste malo que se me acaba de ocurrir: tal vez entendieron que el papel está solo y necesita compañía de otros materiales. Les dije que era malo.)

martes, 17 de marzo de 2009

El bibliotecario

Sin quererlo, este blog ya se parece demasiado a todos los de mujeres solteras que están cansadas de estarlo. Quisiera hablar de otras cosas, pero esto es lo que hay en mi vida por ahora. Además, lo confieso, me divierte enfurecerme con los hombres inservibles.

Como soy de las que tropiezan dos (o más) veces con la misma piedra, volví a intentar la búsqueda de pareja por Internet (ya que paso tantas horas frente a la computadora, sola, en una oficina donde las probabilidades de conocer a alguien son ínfimas, aprovecho para hacer algo “productivo”).

En esta segunda tanda quedaron preseleccionados tres candidatos, dos de los cuales murieron en los primeros 10 renglones. El tercero, el bibliotecario, es el que más me interesaba (debo ser la única enferma en el mundo que puede pensar que la del bibliotecario es una profesión muy sexy).

Creí que sí, que finalmente en esta oportunidad me había sacado la lotería. Un tipo medianamente lindo, con un trabajo “interesante”, que le gusta leer y ver películas, no fumador, no viviendo con sus papis, su abuela y su gato.

Después de los saludos de rigor, la “conversación” se desarrolló más o menos como sigue:

- Bibliotecario dice: me mandás tu foto? (pará la mano, ni empezamos a hablar y ya me pedís la foto? Obviamente no se la mandé, que se conforme con la del msn que bastante bien se ve)

- Bibliotecario dice: pareces bonita (se supone que eso es un piropo? Casi le respondo con un jaja)

- Bibliotecario dice: supongo que andarás con novio (pedazo de enfermo, no estaría buscando amiguitos por Internet si tuviera novio... tendría que ser medio turrita para hacerlo)

- Yo digo: no, soltera, y vos?

- Bibliotecario dice: hace poco empece algo pero nada serio aun (aunque yo hubiera dicho "formal" en lugar de "serio"... para él las relaciones son una joda?)

- Yo digo: uh bueno, yo me mandé con el mensaje suponiendo que estabas solo

- Bibliotecario dice: ja, que tiene de malo bb (¿¿bb?? Alguien que no me conoce no tiene derecho a llamarme así)

- Yo digo: malo no, pero medio a destiempo

- Bibliotecario dice: por?

- Yo digo: porque ya estás en otra

- Bibliotecario dice: ah pero que buscas vos? (¿¿sos o te hacés??)

- Yo digo: qué buscan todos los que se meten ahi? /ahí es el sitio para buscar parejas/

Lamentablemente se me cortó la conexión, porque hubiera estado interesante seguir la charla. A esta altura ya se me había caído el ídolo, pero no lo eliminé porque vi que me iba a dar material para escribir. Mientras tanto, lo busqué en Facebook. Tiene sólo 4 amiguitas, que se llaman Antonella o Sabrii o esos nombres de quienes nacieron en los ’90, y cuyas fotos de perfil (y no miento ni exagero) muestran en plano picado sus generosos escotes.

Segundo día:

- Bibliotecario dice: hola sil

- Yo digo: hola como andas

- Bibliotecario dice: bien vos?

- Yo digo: bien, un poco resfriada

- Bibliotecario dice: ah pobre

- Yo digo: estas en el trabajo¿

- Bibliotecario dice: SIP

- Bibliotecario dice: tenes mas fotos tuyas? (otra vez lo mismo, pedazo de pa**ro?)

- Yo digo: si, ahi puse otra

- Yo digo: uy, no la puedo cambiar

- Bibliotecario dice: mmm no sale

- Yo digo: es q no estoy en el messenger

- Yo digo: donde trabajas? (desviando el tema)

- Bibliotecario dice: en mi empresa familiar blablabla

- Yo digo: ah, que bueno

- Bibliotecario dice: a donde sos de salir sil? (Changos! Se supone que los bibliotecarios no hacen este tipo de preguntas. Acá tuve que hablar de los boliches que conozco y aguantar que me preguntara si tal o cual estaba bueno. Para mí ningún boliche está bueno)

Me estoy convenciendo de que no es bibliotecario y de que era sólo una estrategia para atrapar ingenuas como yo. Pero el post no estaba redactado todavía, necesitaba algo más.

Tercer día:

- Bibliotecario dice: que haces bb? (Otra vez? Infeliz! Dejá de decirme así, me das asco!)

Mientras pensaba si responderle la verdad (“estoy escuchando a Monteverdi y leyendo la biografía de Orlando di Lasso”) o directamente eliminarlo, lanzó la última pala de tierra que faltaba para cavarse solito la tumba:

- Bibliotecario dice: me pasas mas fotitos tuyas?

No más palabras. Bloquear contacto -> Eliminar contacto

UPDATE 06/04/09: Jaja, hubo un error, me confundí de dirección de mail y este aparato no es el bibliotecario. Menos mal, pero no quita que sea onanista. El bibliotecario real, de cualquier manera, todavía no me escribió.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Premio y sueños


Una lectora de mi blog, Clau, me entregó un premio, o al menos me mencionó en su post (hay cosas de los blogs que todavía no entiendo). Muy agradecida por la mención, supongo que lo que sigue es premiar, o mencionar, 8 blogs y contar 8 sueños.

En primer lugar quiero compartirlo (insertar música de Martín Fierro aquí) con los blogs amigos que se ven a a la derecha de la pantalla y con otros que leo y comento pero como cada vez son más me da fiaca editar esa parte del blog así que todavía no están.

En segundo lugar les cuento mis sueños. No esperen leer "formar una familia", "vivir del trabajo que me guste" o "la paz mundial", sino sueños más bien tontos, irrealizables, delirantes, etc.

Aquí van:

- Tener un hogar para perros, o una casa muy grande donde pueda albergar a todos los perros callejeros con los que me voy cruzando diariamente.
-Participar en una coreografía de ceremonia inaugural de olimpíada o mundial de fútbol. (*)
-Disponer de un año, o medio, o un cuarto, para no hacer otra cosa más que leer.
-Escribir bien, cantar mejor, tocar la flauta traversa, participar en un ballet aunque sea como figurante.
-Conocer Inglaterra e Italia, y sacarme fotos en cada uno de los lugares que aparecen en los libros de inglés e italiano.

Creo que no tengo más, así que para completar los tres que faltan, y como soy muy pícara y juego con las palabras, voy a poner tres sueños de los de soñar cuando uno duerme (recurrentes):

-Que fumo y que me da mucho placer
-Que me estoy haciendo pis y que estoy en un lugar lleno de baños pero están sucios, clausurados, tapados, etc.
-Que estoy en un techo alto y tengo que bajar pisando tapias, alféizares de ventanas (nunca creí que iba a tener que escribir la palabra "alféizar", aunque ahora chequeando en internet, me vengo a enterar que "alféizar" es la parte de adentro; la de afuera, la que piso en mis sueños, es el poco romántico "antepecho"), rejas, etc.

Esta entrada va a camino a liderar el podio de los posts pedorros y el de los menos leídos también.


(*)Una vez en el secundario, creo que en clase de catequesis, teníamos que contar el sueño de nuestra compañera de banco. La mía dijo eso de mí, y me sentí tan tonta y superficial...

viernes, 6 de marzo de 2009

Perfume ¿de mujer?

Hace un tiempo una de mis compañeras de trabajo tenía un perfume muy rico. Como siempre estoy buscando fragancias nuevas y originales, le pregunté cuál era. "Heredera, de Paris Hilton", me dijo.

Fui a la perfumería de siempre y lo pedí. La vendedora, desorientada, me mostró un estante lleno de perfumes Paris Hilton y me preguntó "¿cuál de estos será?". ¬¬ Miré atentamente y cuando leí "HEIR" dije "ése". Me lo probó y me pareció un poco fuerte, así que me fui sin comprar nada. Cuando llegué a casa, ya estaba bastante más suave y dulce, tal como se lo había sentido a mi compañera, y decidí que sí, lo iba a comprar.

Una semana después fui a otra perfumería, y la vendedora que me atendió ahí tampoco tenía idea, y me pidió que le señalara cuál era de todos los que tenía en el estante. Pagué los 189 pesitos y me fui feliz con mi perfumito.

Camino a casa, se me vino a la mente la palabra "heiress". Heir, heiress, heir, heiress, heredero, heredera... ¡Chan! Ni en la caja ni en el frasco aclaraba "pour homme", "for men" o algo por el estilo. La etiqueta de importación decía algo así como "50 ml edt men", y esperé que fuera algún código sin significado masculino.

A la mañana siguiente busqué en internet. "Heiress", frasco rosa. "Heir", frasco azul.

Y acá está el que compré yo. Maldito el lapsus que me hizo olvidar mis conocimientos de inglés.


Apenas me lo pongo me siento muy cacho. Por suerte va cambiando y en pocos minutos es un suave talquito femenino. Me pregunto quién será el balín que se anima a usar un perfume que parece de mujer.

lunes, 2 de marzo de 2009

El chico del chat

No recuerdo en qué momento mis neuronas dejaron de hacer sinapsis y se me ocurrió que buscar pareja por Internet sería una buena idea. Sabía que sólo podía encontrarme con losers, freaks, nerds, geeks y/o solterones patéticos, pero tal vez el reconocerme un poquito en cada una de esas categorías me motivó a hacer el intento. Al fin y al cabo, si estaba buscando a alguien parecido a mí, ése era el mejor lugar.

Hice cuatro contactos, tres de los cuales eliminé luego de un par de charlas (uno por budista, otro por hacer turismo de aventura, y otro por trabajar en una rockería ¿?). El cuarto, si bien era el que menos me atraía físicamente, cada día me mantenía a la espera de que se conectara, las charlas eran fluidas y teníamos muchísimas cosas en común. No voy a entrar en detalle pero a medida que pasaba el tiempo sentía que había encontrado a mi alma gemela.

La horas de chat fueron cada vez más, se sumaron los mensajes de texto (nunca en mi vida había gastado tanto crédito de celular) y cuando llegó la primera llamada telefónica empecé a pensar realmente que mis días de soledad habían acabado.

Era una "relación" muy linda. Los corazones nos iban a explotar de tanta felicidad. Era demasiado bueno lo que estaba sucediendo. Estuve más de una semana con un nudo desde la garganta hasta el estómago, imaginando un futuro juntos. Tanta alegría iba a matarme, y tantas ilusiones por una persona que hasta el momento no era real también, así que apuré el encuentro para el viernes pasado.

Después de varios tés de tilo y manzanilla, reiki, masajes, y cualquier cosa que me ayudara a calmar los nervios (en tres días debo haber bajado un par de kilos porque no podía probar nada sólido), y de haber descartado dos veces la idea de no ir, el viernes a la noche me encontraba bastante calmada para ir al encuentro del amor de mi vida.

Lo esperé sentada en un banquito a la salida de un shopping. Las piernas me temblaban. Se demoraba y pensé que me iba a dejar plantada. Cuando lo vi llegar deseé que así hubiera sido...
En primer lugar, me molestó su inseguridad al acercarse. Entiendo que sea tímido y que esté nervioso, pero podría ser un poco más hombre y caminar sin vacilar. En segundo lugar, estaba 20 veces más desmejorado que en la peor foto que me había mostrado. Costaba creer que fuera él. En tercer lugar, y acá no sé cómo hice para no salir corriendo, ¡tenía mal aliento! Puedo pasar por alto cualquier cosa, pero eso no. ¡Loco, es una primera cita, tenés que cuidar todos los detalles!

Nos sentamos sin hablar, él debido a los nervios, yo pensando en que le iba a romper el corazón y redactando mentalmente este post. Como no puedo disimular mis emociones, me preguntó por qué estaba tan seria. Le dije que no se preocupara porque normalmente soy seria, y que la persona que estaba frente a mí y la persona del chat no encajaban, y se asustó. Pasaron varios minutos más, mientras me abrazaba ( y sí, después de tantas ilusiones, y ya que me había costeado hasta allí, por lo menos que me diera un poco de cariño), hasta que dijo "a penny for your thoughts". Algo más que un penny tendría que haberme dado, ya que mi cabeza iba a mil. Le dije "para serte sincera... no creo que esto vaya a funcionar". Más silencio (en medio de todo esto recibí un mensaje que decía "hola reina, hacés algo esta noche" de remitente desconocido... recién al día siguiente me di cuenta de quién era y lamenté no haber respondido en su momento), hasta que acepté ir a tomar algo, sólo para no volver a mi casa una hora después de haber salido. Me llevó de la mano y yo rogaba no cruzarme con ningún conocido.

Ya en el bar, la charla no fluía tan naturalmente como por Gtalk, y a decir verdad no me importaba contarle nada ni quería escuchar lo que él me pudiera contar, y un par de veces me colgué mirando por la ventana. Además de lo que mencioné al principio, no me gustó su forma de hablar (pronuncia mal las R, las LL y las S), ni sus chistes tontos, ni que con la madre se traten de usted "cariñosamente". Literalmente se me desfiguró la cara cuando me contó eso. La cereza del postre fue no dejar propina. ¿Habrá sido la primera vez que salía con una mujer?

Me acompañó a tomar un taxi y me abrazaba mientras tanto. Aparentemente no se dio cuenta de que estaba dura y fría como una estatua. "Nos escribimos", fue mi despedida, y respiré aliviada porque el horror había terminado. O eso creí.

Me mandó varios mensajes para saber si había llegado bien, pero como mi celular estaba en silencio no los escuché, así que no tuvo mejor idea que llamar a mi celular laboral y hacerme saltar de la cama. Lo apagué sin más y le mandé un escueto "llegué bien, beso". A la mañana siguiente me escribió algo que no recuerdo porque borré casi sin leer, pero tuve que responderle "lo intenté pero no puedo, no va a funcionar, perdoname, no me escribas, el lunes hablamos". Me hizo caso y recién esta mañana me saludó por chat. Me dijo que estaba muy triste, con el corazón roto, que yo significaba muchísimo para él, y varias babosadas más que me da vergüenza escribir. Hice lo que pude para que no se sintiera tan mal, pero creo que hasta lloró.

Por suerte para mí fue apenas un lindo sueño y luego una breve pesadilla, nada que un fin de semana en el campo no haya podido hacerme olvidar. Hoy sólo es un recuerdo que espero dure poco, y deseo lo mismo para él.

Y ahora, nuevamente, a seguir participando.