miércoles, 14 de noviembre de 2012

Festejos


El otro día leí un tuit de Vix que me hizo acordar de un asunto sobre el cual siempre quise hablar así que aprovecho y le doy un poco de vida al blog y me saco las telarañas que no me dejaban escribir.

Quisiera saber quién fue el desgraciado que inventó que cuando alguien se recibe, una manera de felicitarlo es tirándole huevos, harina, pintura, comida podrida y asquerosidades peores, cortarle el pelo, romperle la ropa y lo que se les ocurra. No entiendo y la única explicación que encuentro es la envidia (misma explicación para los que arrojan arroz violentamente a los recién casados). Los únicos que se divierten son los agresores y lo peor es que las víctimas aceptan resignados lo que les espera y luego siguen siendo amigos de esas personas de mierda que les arrojaron ídem. Por suerte (?) no me recibí así que zafé de esa situación. Si me hubiera recibido tampoco tenía amigos así que nadie se habría enterado. Otra solución es estudiar un carrera donde tus únicos compañeros sean mujeres viejas, como en el caso de mi hermana (que no es vieja pero sus compañeras sí), cuya recibida pasó sin pena ni gloria.

Mientras elaboraba todo esto, recordé una anécdota que tenía medio perdida en la memoria. En la época en que cumplí 15 se usaba que a la salida del colegio te tiraran huevos y harina (y supongo que otras cosas, pero nunca participé de ese "ritual" así que no sé). Mi cumpleaños caía sábado y sabiendo lo que iba a pasar el viernes a la salida, falté. El lunes dije que había estado enferma, pero sospechaba que no me iban a dejar tranquila tan fácilmente, al contrario. Le pedí a mi papá que me fuera a buscar temprano. Cuando salimos, mis compañeras me estaban esperando a la izquierda de la puerta del colegio. Yo salí para la derecha. "¿Eh, a dónde vas?", me gritaban. "Voy a dejar la mochila en el auto", les respondí. "Ah, bueno", se tranquilizaron. Me subí al auto, mi papá arrancó y pasamos delante de todas las miradas incrédulas mientras yo las saludaba con la mano y una sonrisa de "ahí se ven, babosas". No me hablaron por una semana.

¿Estoy sola en esto también?

9 comentarios:

Maldo dijo...

Hay que rendirse ante los rituales y las costubmbres. Sólo queda tratar de pasarla bien en esos momentos (igual antes pensaba como vos). Saludos!

Richard dijo...

Yo estoy con vos Sil! Pero tampoco me recibí ni tengo amigos.

Es muy idiota la gente que hace eso, y no se si mas idiota quienes se dejan sin quejarse. :(

Sandra Montelpare dijo...

Hola, Sil! Ese engrudo de huevos, harina, ketchup, mostaza! Terminé llorando abajo de la ducha desesperada con las cáscaras pegadas sacándome mechones de pelo y mi vieja diciéndome: el huevo es como un baño de crema! Las pelotas! Perdí un motón de pelo arrancando las cascaritas. No pude resistirme porque me tomaron de sorpresa y con la harina y el huevo encima no ves nada.
Quedaron registros fotográficos. Eso fue por mi incursión fallida matrimonial. ¿Sabés que no me acuerdo si me tiraron para los 15? jaa De la facu, no porque era cábala no traer nada al último final. Me encanta que te hayas vuelto a conectar con el blog. Será la terapia que has empezado ? De todos modos, una alegría! Saludos van!

Ashiku dijo...

Se vé que hay grupos más pacíficos: en los que yo he estado, todo el festejo ha pasado por agasajar con algo agradable al recibido o cumpleañero. Cuando nos recibimos de arquitectas dimos la tesis entre cuatro: habíamos prometido ir a meternos en una fuente de angelitos en la Peatonal y ahí fue todo el mundo a acompañarnos. Cuando iba a inglés, iba con chicas de unos colegios religiosos de acá de Santa Fe, de esos en los que las pendejas tienen fama de forras, y ahí escuché lo que les hacían a las de 15... No lo podía creer!! A una le sacaron los calzones y lo izaron en el mástil de la bandera. Horror.

Un Poco Rara dijo...

Para cuando cumplí 15 por suerte no se usaba eso de engrudar. Además siempre fui medio solitaria así que creo que hubiera zafado igual.
Y para cuando me recibí fue un día de semana, a media mañana y bastante lejos del centro, así que muy pocas personas pudieron ir. Un par de huevos y algo de harina hubo, pero fue simbólico.
A una de mis hermanas la enchastramos bastante pero nada de cortarle el pelo. Y estaba tan feliz de recibirse que se bancó todo chocha.
Y hace poco leí no sé dónde que a alguien le habían tirado materia fecal por recibirse. Nunca tendría amigos tan hijos de puta de hacer algo así. Esa gente da señales de su hijaputez mucho antes de ese momento.

Marga dijo...

Detesto esos rituales, nunca participé en ninguno, ni como agresora ni como cumpleañera o recibida.

No me recibí, pero si lo hubiera hecho en mi carrera, Profesorado en Letras, no se usa. Es más, te dan felicitaciones medio con lástima por haber estudiado eso. Si me pongo a estudiar y me recibo mis amigas (que no hacen esas cosas) ni sé si me van a acompañar.

Y cuando cumplí quince no se usaba tampoco, al menos no en mi ciudad, o yo no me enteré porque no tenía amigas y cumplo casi a fin de año.

Comparto tus opiniones.

Besos.

Sil dijo...

Maldo: no! No hay que rebajarse al nivel de estupidez de los otros. Saludos!

Richard: somos almas gemelas.

Sandra: ja! no, la terapia no tiene que ver con la vuelta del blog. Casualidad. Saludos!

Ashiku: se ve que allá son más tranquilos.

UPR: lo de la materia fecal lo leí en un tuit así que puede ser ahí. Encima hay que dejarse hacer porque si no el mala onda es uno!

Marga: que suerte que vivís en un lugar donde no se usa.

Guerrero de luz dijo...

jajajaja, yo también le esquive a los huevasos =) nadie se enteró que me recibí. Ahí tienen sonsos!



saludos!!

Unknown dijo...

Bueno siguen las coincidencias. Seré una inadaptada social seguramente pero detesto este ritual estúpido y totalmente derrochador de comida que alguien más seguro necesita.
Aún no me recibí pero como soy vieja cuando lo haga (me faltan muchísimas materias aún) no le diré a nadie que es la última materia, y como no tengo amigos y mi familia ya será muy mayor, esto no ocurrirá porque además soy capaz de soltar el speech más detestable del mundo para que a nadie se le cruze por la cabeza tirar comida. Los 15 no los festejé y cumplo en diciembre con lo que colegio no había así que zafé.