lunes, 30 de junio de 2008

Neurona mata carilindo

Así los elijo:

Flaco, narigón, anteojos grandes, peinado y vestido a la antigua, voz fea, rubio tirando a colorado, arrugas. Nunca se me hubiera ocurrido fijarme en él.
Cuando me enteré de que es un nerd y que fue abanderado de su facultad, lo empecé a mirar con otros ojos.
Es mi nuevo objetivo a conquistar (luego de varios intentos fallidos con otros tantos potenciales candidatos).

Así los rechazo:

Lindo (muy), ojitos dulces, sonrisa perfecta. Alto, delgado. Mucho dinero. Simpático. Soltero sin novia. Profesional, viajó por el mundo. No dio indicios de gran intelectualidad pero tampoco dijo ninguna burrada, así que obviamente le iba a dar una oportunidad si se daba. Lamentablemente hoy lo tuve que sepultar: dijo "esperenmen"


La frase que titula este post fue extraida de: http://nosoytumama.blogspot.com/

jueves, 12 de junio de 2008

Más divertidos que el Solitario

Tengo varias ideas en borrador para desarrollar pero no estoy con ganas de escribir últimamente. En realidad sí tengo ganas, pero debo ocupar mi tiempo ocioso en terminar unos trabajos para la universidad.

Para que se entretengan mientras tanto (como si alguien leyera este blog y estuviera esperando impaciente un nuevo post!), y para matar las horas interminables dentro de la oficina, les recomiendo dos jueguitos online que ni siquiera requieren tener el Flash instalado:

Escapa!: arrastrar el cuadrado rojo sin tocar los azules ni las paredes.
TypeRacer: mientras más rápido escribas, más rápido avanzará tu autito.

Hay más en 72 Palabras.

Have fun.

viernes, 6 de junio de 2008

Buena memoria

Tengo una memoria por lo general muy buena, pero a la vez extraña.

Soy mala para recordar caras, apenas termino de leer un libro ya me olvidé de qué se trataba y estudiar siempre me ha costado bastante.
Pero puedo repetir diálogos de películas, larguísimas conversaciones de chat, charlas que tuve en tercer grado, o qué estaba haciendo la primera vez que escuché tal canción hace 15 años. En el trabajo también me ha sido útil, para recordar números de teléfonos, horarios de reuniones, etc.

A veces me asombro de las cosas que tengo en la memoria y me pregunto para qué me servirán. Por ejemplo, nombre, segundo nombre y apellido de la gente que conozco. La mayoría de las veces que me encuentro con alguien que no veo hace, supongamos, seis años, yo digo "Hola Pepita, cómo andás!", mientras que Pepita no sólo no recuerda mi nombre sino que tampoco sabe de dónde era que me conocía. Si supiera que me acuerdo del nombre de su mamá y sus tres hermanos pensaría que soy una psicópata obsesionada con su vida. Nada que ver. Me pasa así con todo el mundo.

Igual con las fechas. El 24 de junio cumple una chica que vi por última vez hace trece años. El 18 de octubre (de 2003!!) se casó un ex-compañero de trabajo. Cada vez que llega una fecha relacionada con alguien que conozco, no puedo evitar que me venga a la mente. ¿Para qué me sirve almacenar esos datos? Para que cada vez que le envío una postal a alguien por su cumpleaños, el agasajado piense "pobre mina, que se compre una vida!!"

Mientras escribo esto miro en el calendario qué día es hoy, y mi "Cumplealerta Sonico" mental me tira un nombre. Entre ser halagada por mi buena memoria y consideración, o quedar como una persona patética, prefiero ser como el común de los mortales que apenas recuerdan cuando cumplen años ellos mismos, y reprimo el impulso de mandarle un mensaje.

Otra de restaurant

Una vez estuve en Buenos Aires por dos semanas con una compañera de trabajo, para asistir a un curso. La empresa nos había alquilado un departamente así que generalmente cenábamos ahí mismo.

Una noche encontré un restaurant que también preparaba comida para llevar. Como había mucha gente tuve que esperar un rato largo en la caja hasta poder retirar mi pedido.

Mientras esperaba, el encargado, o dueño, no sé (más de 50 años y no en muy buen estado) me empezó a interrogar:
-¿De dónde sos?
- De Córdoba
- Ah, yo también soy de Córdoba, tengo otro restaurant allá. Y donde trabajás?
- En una empresa de informática.
- Ah, yo también trabajaba en informática antes de venir a Bs As. ¿Conocés a Fulano?
- Si
- Yo trabajé con el. Y ahora qué hace?
- Está en blablabla.
- Y conocés a Mengano?

Y así un largo rato. Finalmente me dio la tarjeta del restaurant para que la próxima vez hiciera el pedido por teléfono asi no tenía que esperar tanto. Y me dijo "anotame tu número asi cualquier cosa te llamo" (Cualquier cosa como qué??) Yo como una idiota que no sabe decir que no, le anoté el celular, pero el de la empresa (total, cuando volviera del viaje lo tenía que devolver). De paso me dio la tarjeta del restaurant en Córdoba, para que lo llamara cuando volviera así me hacía descuento.

Al día siguiente le pedí a mi amiga que fuera a buscar ella la comida porque yo no quería volver a ver al tipo. Al rato suena el celular...

- Hola, soy Pirulo del restaurant, acá está tu amiga y no sé si vos preferis la pata o la pechuga...

Mi amiga me juró que ella le pidió pata pero el tipo insistió en llamarme para asegurarse.

La noche siguiente decidimos no volver ahí. Suena el celular...

- Hola, soy Pirulo, quería saber si van a venir esta noche.

El domingo a la mañana volvió a llamar como cuatro veces pero ya no lo atendí.

Si volvió a llamar después de ese día no sé, devolví el celular a la empresa y nadie me comentó que un loco de un restaurant hubiera llamado preguntando por mí.

¿Por qué nunca me pasan estas cosas pero con Orlando Bloom?

miércoles, 4 de junio de 2008

Encuentros

Mientras escribía el post anterior, me acordaba de gente que nunca más volví a ver, pero ni de casualidad, y de otras que siempre encuentro vaya donde vaya.

Por ejemplo, caminando por mi ciudad, hay cuatro o cinco personajes con los que cada tanto me cruzo: un cantante de tangos, un ex-profesor de la universidad, un ex-compañero de coro y un par más que no recuerdo ahora. Parecen estar en todas partes.

Sin embargo, las personas que en algún momento quise y a quienes me gustaría volver a ver, no están en ningún lado.

También están aquellos que no fueron importantes para mí, pero con quienes compartí muchos años y que parecen haberse desvanecido. Sandra Marina, Clara Lucía, Gabriela Carolina, ¿qué será de la vida de estas chicas, compañeritas del primario? ¿Ellas se acordarán de mí?

martes, 3 de junio de 2008

Perdidos

Hasta hace un par de años yo no podía conservar mis amistades. No sé por qué, ni bien terminaba la actividad que compartía con determinado grupo, se cortaban las relaciones.

Terminé el secundario, me recibí en el instituto de inglés, se disolvió el coro, renuncié a un empleo... y las personas con quienes me había divertido, con quienes compartí viajes, travesuras, cumpleaños, trabajo, charlas serias y no tanto, de repente desaparecían de mi vida. Nunca nos volvíamos a juntar.

Alguna vez comenté esto y me dijeron "es que vos tenés que cultivar la amistad". OK, pero si tengo que ser siempre yo la que llama o la que visita o la que escribe para seguir manteniendo la relación, no vale. Si el otro no me llama nunca y sólo me habla cuando lo llamo yo, me parece que la relación mucho no le interesa. Y así fue que perdí contacto con muchas personas que para mí eran valiosísimas.


¿Por qué necesitábamos un elemento externo (coro, escuela, oficina) para mantenernos unidos? ¿No era verdadera la amistad que había entre nosotros? Recuerdo especialmente a tres personas: Juliana, Magui y Pablo. Fueron, cada uno en distintas etapas de mi vida, amigos muy importantes, de esos que no hubiera querido perder nunca. Pero sin que mediara pelea o mudanza a país remoto, dejamos de vernos.

Me gustaría cruzarme con ellos alguna vez, quizás todavía estoy a tiempo de recuperar una amistad olvidada. Podría llamarlos, por supuesto, pero si ellos no lo hicieron hasta ahora , debe ser que no quieren volver a verme.

lunes, 2 de junio de 2008

Para pasar el tiempo

Este sitio "adivinará" lo que estás pensando!
Tiene algunos errores de traducción pero esto no impide que sea entretenido.