Cuando yo tenía 12 años quería ser como este señor:

En mi casa no había dinero para comprar ni lugar donde instalar una batería. Por otra parte, en esa época iba a clases de piano pero no practicaba demasiado, así que no iban a comprar un instrumento que meses después seguro iba a abandonar.
Fue pasando el tiempo, me distraje con otras actividades, pero las ganas de tocar la batería siempre estaban (el lugar donde ponerla y el dinero para comprarla, no). Y mientras más uno crece, más se olvida de ese sueño, que sólo queda en un "algún día lo voy a hacer".
Finalmente, me di cuenta de que si uno no se pone en movimiento ese "día" nunca llega, y me anoté en una escuela de música para aprender batería.
Y aunque me falten varias vidas para llegar a hacer algo similar a esto:
al menos tendré un item menos en la lista de cosas para hacer antes de morir.