viernes, 30 de noviembre de 2012

HR works in mysterious ways


¿No se preguntaron muchas veces por qué no los seleccionaron para determinado puesto, por qué no pasaron a una segunda entrevista o directamente por qué ni los llamaron? A mí sí. ¿No les gustará mi apariencia? ¿Me mostré demasiado insegura? ¿Será porque no estoy recibida? ¿Mi experiencia les parecerá insuficiente?
Hace unos años trabajaba como recepcionista/secretaria/comunicación interna/comercial. Como tenía mucho trabajo, tuve suerte de que decidieran poner otra persona para que ocupara el puesto de recepcionista y secretaria. Entre las muchas tareas que hacía también me tocó buscar reemplazante. No llegaron muchos CVs pero hubo uno que descarté inmediatamente sin prestar demasiada atención a los conocimientos y experiencia de la candidata: se llamaba Silvana. De ninguna manera iba a permitir que se generaran confusiones a causa de nuestros nombres.
Así que ya saben: la próxima vez que no consigan un trabajo dejen de torturarse porque creen que no son lo suficientementemente buenos y piensen que el reclutador puede ser un pelotudo con un nombre parecido al de ustedes.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Festejos


El otro día leí un tuit de Vix que me hizo acordar de un asunto sobre el cual siempre quise hablar así que aprovecho y le doy un poco de vida al blog y me saco las telarañas que no me dejaban escribir.

Quisiera saber quién fue el desgraciado que inventó que cuando alguien se recibe, una manera de felicitarlo es tirándole huevos, harina, pintura, comida podrida y asquerosidades peores, cortarle el pelo, romperle la ropa y lo que se les ocurra. No entiendo y la única explicación que encuentro es la envidia (misma explicación para los que arrojan arroz violentamente a los recién casados). Los únicos que se divierten son los agresores y lo peor es que las víctimas aceptan resignados lo que les espera y luego siguen siendo amigos de esas personas de mierda que les arrojaron ídem. Por suerte (?) no me recibí así que zafé de esa situación. Si me hubiera recibido tampoco tenía amigos así que nadie se habría enterado. Otra solución es estudiar un carrera donde tus únicos compañeros sean mujeres viejas, como en el caso de mi hermana (que no es vieja pero sus compañeras sí), cuya recibida pasó sin pena ni gloria.

Mientras elaboraba todo esto, recordé una anécdota que tenía medio perdida en la memoria. En la época en que cumplí 15 se usaba que a la salida del colegio te tiraran huevos y harina (y supongo que otras cosas, pero nunca participé de ese "ritual" así que no sé). Mi cumpleaños caía sábado y sabiendo lo que iba a pasar el viernes a la salida, falté. El lunes dije que había estado enferma, pero sospechaba que no me iban a dejar tranquila tan fácilmente, al contrario. Le pedí a mi papá que me fuera a buscar temprano. Cuando salimos, mis compañeras me estaban esperando a la izquierda de la puerta del colegio. Yo salí para la derecha. "¿Eh, a dónde vas?", me gritaban. "Voy a dejar la mochila en el auto", les respondí. "Ah, bueno", se tranquilizaron. Me subí al auto, mi papá arrancó y pasamos delante de todas las miradas incrédulas mientras yo las saludaba con la mano y una sonrisa de "ahí se ven, babosas". No me hablaron por una semana.

¿Estoy sola en esto también?

sábado, 10 de noviembre de 2012

In treatment

Finalmente llegó el día en que empecé a hacer terapia.

Intenté hace mucho pero no funcionó, creo que el psiquiatra no me entendía y abandoné después de la cuarta o quinta sesión; además iba por un tema puntual cuya solución estaba en que yo hiciera algo que en ese momento no quería hacer. Ahora quiero eliminar los problemas de raíz (o por lo menos intentarlo).

Había comentado por acá mis dudas acerca de ir o no al psicólogo, y alguien que me ayudó a animarme fue Dayana. Sus palabras, acertadas como siempre, quedaron dando vueltas en mi cabeza. Tiempo después, dándome cuenta de que no puedo patear por más tiempo la fobia (o lo que sea) de viajar en avión, terminé de decidirme y voy por una terapia que abarque tooodos mis traumas, y eventualmente podré volver a volar.

Apenas tuve cinco sesiones, todavía me cuesta soltarme, pero estoy entusiasmada, estoy haciendo algo que siempre quise hacer (a pesar de las dudas), y la psicología es algo fascinante (yo quería ser psicóloga pero me arrepentí a último momento).

El psicólogo estima entre seis y nueve meses, pero al paso que vamos temo que sea un poco más. Los mantendré informados :)